El duelo entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana, disputado la noche del miércoles 20 de agosto en Avellaneda, se convirtió en escenario de violencia extrema que obligó a la suspensión definitiva del encuentro.
Lo que comenzó como un partido parejo, con empate 1-1 al descanso, derivó en enfrentamientos entre hinchas, intervención de las barras bravas y un saldo que incluyó heridos de gravedad, decenas de detenidos y la intervención inmediata de las autoridades deportivas y políticas.
Incidentes durante el partido
Los hechos se desencadenaron apenas iniciado el segundo tiempo. Hinchas visitantes arrojaron objetos desde la bandeja superior, incluyendo palos, partes de sanitarios y bombas de estruendo, lo que generó un clima de tensión insostenible.
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Violencia en las tribunas
Tras la suspensión, la situación escaló de manera dramática. Integrantes de la barra de Independiente irrumpieron en el sector visitante y atacaron a los hinchas de la U de Chile con bates y fierros.
Varios aficionados fueron despojados de sus pertenencias, otros resultaron apuñalados y algunos incluso cayeron desde las gradas, lo que dejó imágenes de extrema crudeza.
Testimonios confirmaron que varios heridos fueron encontrados inconscientes y trasladados de urgencia a hospitales cercanos.
Balance de heridos y detenidos
Las cifras oficiales variaron entre distintas fuentes. Reportes iniciales hablaron de 10 heridos y alrededor de 90 detenidos, pero posteriormente se confirmó que al menos 135 hinchas chilenos fueron arrestados, incluidos menores de edad ya liberados, mujeres y hombres adultos.
De los hospitalizados, 19 permanecieron en observación, con dos sometidos a cirugía y cuatro en estado delicado. Además, se confirmó que dos aficionados fueron apuñalados, uno de ellos en condición crítica tras caer desde lo alto de una tribuna.
Postura de Conmebol y repercusiones
Ante la magnitud de la violencia, la Conmebol resolvió la cancelación definitiva del encuentro por “falta de garantías de seguridad”. El caso fue remitido a su comité disciplinario, que evaluará sanciones tanto deportivas como económicas.
En paralelo, el presidente de Chile, Gabriel Boric, condenó enérgicamente los hechos y ordenó asistencia inmediata a los ciudadanos afectados. El embajador José Antonio Viera Gallo visitó hospitales y comisarías para constatar la situación de los heridos y detenidos.
Reacciones de los clubes
Desde la Universidad de Chile, el presidente Michael Clark subrayó que la prioridad estaba en garantizar la salud e integridad de sus aficionados, mientras que el titular de Independiente, Néstor Grindetti, señaló a los hinchas visitantes como responsables iniciales de los disturbios.
Ambos clubes coincidieron en condenar los hechos, aunque el clima de tensión se mantiene a la espera de las sanciones que dictará la Conmebol.
De los hospitalizados, 19 permanecieron en observación, con dos sometidos a cirugía y cuatro en estado delicado. Además, se confirmó que dos aficionados fueron apuñalados, uno de ellos en condición crítica tras caer desde lo alto de una tribuna.
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Ante la magnitud de la violencia, la Conmebol resolvió la cancelación definitiva del encuentro por “falta de garantías de seguridad”. El caso fue remitido a su comité disciplinario, que evaluará sanciones tanto deportivas como económicas.
En paralelo, el presidente de Chile, Gabriel Boric, condenó enérgicamente los hechos y ordenó asistencia inmediata a los ciudadanos afectados. El embajador José Antonio Viera Gallo visitó hospitales y comisarías para constatar la situación de los heridos y detenidos.
Reacciones de los clubes
Desde la Universidad de Chile, el presidente Michael Clark subrayó que la prioridad estaba en garantizar la salud e integridad de sus aficionados, mientras que el titular de Independiente, Néstor Grindetti, señaló a los hinchas visitantes como responsables iniciales de los disturbios.
Ambos clubes coincidieron en condenar los hechos, aunque el clima de tensión se mantiene a la espera de las sanciones que dictará la Conmebol.
Ambos clubes coincidieron en condenar los hechos, aunque el clima de tensión se mantiene a la espera de las sanciones que dictará la Conmebol.