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jueves, septiembre 11, 2025
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Reverencia por la vida, la ética de Schweitzer

Uno de los nombres que grabé en mi memoria siendo niño fue el del Dr. Albert Schweitzer (1875-1965). Canté en un coro infantil que llevaba el nombre y el peso de este hombre inconmensurable. La directora de esta agrupación coral, la maestra Elia Gaspar, nos hablaba y contaba historias del pastor Schweitzer. Tardé muchos años en saber a cabalidad quién fue y a qué se dedicó este ilustre personaje. Ahora leo algunos de sus numerosos textos y tratados de música, teología y filosofía; lo escucho en sus grabaciones interpretando a Bach en el órgano.

Humanista y científico que nació en el último tercio del siglo 19 y transitó incansablemente más de la mitad del siglo pasado. Vivió 90 años. A los 78 años (1952) fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, en reconocimiento a su labor humanitaria desplegada desde su hospital, enclavado en el centro de África, como médico internista y cirujano, salvando la vida de innumerables habitantes de Lambaréné, Gabón. El dinero del galardón lo utilizó íntegramente para mejorar el hospital en Lambaréné.

Schweitzer, a sus 30 años ya tenía una sólida carrera como académico, filósofo. teólogo, pastor (ministro evangélico luterano; su padre, Louis Téophile, fue pastor luterano, también), virtuoso organista (fue discípulo del gran Charles-Marie Widor), constructor de órganos y escritor. Fue el auténtico hombre del Renacimiento del siglo 20, aventajando a muchísimas lumbreras del pensamiento, ciencia, humanismo y arte. Escribió una veintena de libros que abarcaron todas las profesiones que ejerció y en las que destiló su inagotable sabiduría y conocimiento erudito: Juan Sebastián Bach, el músico poeta, Decadencia y restauración de la civilización, El secreto histórico de la vida de Jesús, El reino de Dios y cristianismo primitivo, En búsqueda del Jesús histórico, La mística del Apóstol Pablo, entre otra decena de títulos que abarcan la filosofía, la teología, la ética, la música, la organología, los temas de su tiempo, como las dos grande guerras mundiales que le tocó vivir y sufrir, además de escribir numerosos ensayos sobre la vida y obra de Goethe.

En la cúspide de su brillante trayectoria decide abandonar todo para iniciar estudios de medicina y cirugía en 1905, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Estrasburgo, graduándose como médico a los 38 años, para partir en seguida a África y fundar un hospital junto con su esposa Helene Bresslau. Recaudaba fondos para la construcción y ampliación del nosocomio a través de conciertos de órgano (y reparación de éstos) y conferencias en auditorios y universidades en el continente europeo. Desarrolló un sistema filosófico resumido en la frase “Reverencia por la vida”, que no es más que una ética de la vida y de ésta hacia las otras entidades vivientes, de ser la respuesta a un desarrollo y evolución de la humanidad hacia una civilización ética. El fundamento de este pensamiento nace de la crisis que la humanidad sufrió a causa de las dos guerras mundiales. Schweitzer percibía una decadencia rampante en Occidente, debido a la paulatina extinción de sus raíces éticas, que son las de la afirmación de la vida.

Un hecho poco conocido y que no deja de ser curioso es la relación familiar que existió entre Schweitzer y el filósofo francés Jean-Paul Sartre (1905-1980). Albert fue primo en segundo grado de Sartre, ya que la mamá de éste, Anne-Marie, era prima de Schweitzer. El dato irónico en esta relación es la distancia y diferencia de pensamiento filosófico que cultivaron y desarrollaron ambos filósofos: Albert, inclinado hacia la rama de la ética y su relación con el cristianismo militante a través de su ministerio pastoral, que no abandonó nunca, y el activismo político de Jean-Paul, su militancia en el marxismo y exponente del existencialismo. Otro rasgo en común que compartieron ambos pensadores es que los dos fueron galardonados con el Premio Nobel, Albert, con el de la Paz en 1952, y Jean-Paul con el de Literatura en 1964, pero lo rechazó, debido a su animadversión por las distinciones oficiales. Este año celebramos el 150 aniversario del natalicio de Albert Schweitzer y conmemoramos su 60 aniversario luctuoso.

CODA

“Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas”. Albert Schweitzer.

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