La antigua calle de La Huasteca, conocida desde 1916 como Mariano Abasolo, desde entonces comenzó a experimentar un lento pero constante desarrollo. Con su bullicio diario, la calle ha sido el reflejo de una comunidad que mezcla la rutina con la historia. Cada esquina guarda una anécdota, un esfuerzo compartido o un episodio que recuerda el carácter de sus habitantes. Así, la calle sigue siendo un emblema de lo que define en gran parte a la gente de Saltillo: trabajo, fe y la búsqueda constante por salir adelante.