El presidente surcoreano destituido, Yoon Suk Yeol, en un mensaje a sus partidarios conservadores reunidos frente a su residencia de Seúl, prometió “luchar hasta el final” contra las “fuerzas antiestatales”, mientras que su equipo legal advirtió el jueves que los agentes de policía que intenten detenerlo podrían ser arrestados por su servicio de seguridad presidencial o incluso por civiles.