Los Rangers de Texas atraviesan un gran momento en la temporada y, en ese repunte, el mexicano Alejandro Osuna ha jugado un papel clave. Aunque llegó sin grandes reflectores, el joven pelotero ha respondido con actuaciones decisivas que lo han convertido en una grata sorpresa para la novena texana.
La muestra más clara se dio hace unos días, en un duelo electrizante que mantuvo a los aficionados al borde de sus asientos. Texas derrotó 7-5 a los Diamondbacks de Arizona en 10 entradas, gracias a un imparable productor de dos carreras de Osuna en la décima, acción que selló la sexta victoria consecutiva del equipo.
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El triunfo cobra aún más valor considerando que los Rangers han enfrentado uno de los calendarios más complicados de la Liga Americana, además de sobreponerse a la ausencia de jugadores estelares como Marcus Semien y Nathan Eovaldi.
A pesar de los obstáculos, la determinación del conjunto texano ha quedado de manifiesto, y la actuación de Osuna se ha convertido en un símbolo de esa resiliencia.
Texas lucha codo a codo con los Houston Astros y los Marineros de Seattle en la lucha por lo menos del comodín de la Liga Americana. La derrota de los Mariners ante los Rays de Tampa Bay permitió a los Rangers acercarse aún más a una postemporada que hace apenas unas semanas parecía lejana.
Para Osuna, el batazo decisivo no solo aseguró el triunfo, sino que lo consolidó como una opción confiable en momentos de presión, justo lo que necesita la franquicia en la recta final del calendario, con menos de 20 juegos por disputarse.
FORJA SU PROPIA LEYENDA
Alejandro Osuna, de apenas 22 años, es hermano menor de Roberto Osuna, el reconocido cerrador mexicano con experiencia en Grandes Ligas.
A diferencia de su hermano, quien ha brillado desde la lomita, Alejandro forja su camino en el diamante como jardinero, destacando por su velocidad, bateo oportuno y capacidad para responder en momentos clave.
Su irrupción con los Rangers confirma que el apellido Osuna continúa escribiendo historia en el beisbol profesional.
