CIUDAD DE MÉXICO- Cada mañana se acerca sigilosamente a ella mientras duerme y con la ayuda de una linterna revisa que respire con normalidad. Luego le prepara un concentrado de croquetas, arroz cocido, zanahorias y manzanas que suele comer poco después de levantarse pasadas las 8 de la mañana.
“Si se va ella, yo también”. Así es el amor de un cuidador mexicano por la última panda de Latinoamérica
