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Se reducen probabilidades de que México cumpla con el pago de su cuota de agua a Estados Unidos

En vista de las condiciones climáticas prevalecientes, todo apunta a que México no cumplirá con la entrega de su cuota quinquenal de agua a Estados Unidos, a un mes y medio de que venza el plazo.

De acuerdo con lo estipulado en el Tratado de Aguas firmado por ambos países en 1944, México debe compartir con la Unión Americana alrededor de mil millones de metros cúbicos de agua antes del próximo 24 de octubre.

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No obstante, expertos advierten que esto será prácticamente imposible, a menos que ocurra un fenómeno que genere precipitaciones extraordinarias en una región marcada por la sequía, señaló la cadena televisiva turca TRT World.

“Salvo que haya un huracán que llene los depósitos internacionales, México no podrá cumplir con su compromiso”, advirtió Rosario Sánchez Flores, investigadora de la Universidad Texas A&M.

En entrevista con el medio con sede en Estambul, la doctora en administración de agua y ciencias hidrológicas explicó que “las condiciones de sequía más permanentes en la cuenca del Río Grande —Río Bravo, para los mexicanos—, el aumento de la demanda de agua en ambos lados y la menor disponibilidad de agua en dicho afluente han contribuido al problema”.

Según el tratado, México debe entregar 1.75 millones de acres-pies de agua del Río Bravo a Estados Unidos cada cinco años, es decir, 350,000 acres-pies anuales. A cambio, Estados Unidos debe transferir 1.5 millones de acres-pies de agua del Río Colorado a México cada año.

Sin embargo, hasta abril de este año, sólo se habían entregado alrededor de 530,730 acres-pies de agua desde el río que nace en las montañas de San Juan de Colorado y desemboca en el Golfo de México, entre Brownsville, Texas, y Matamoros, México.

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La Minuta 331 de noviembre de 2024 introdujo nuevas opciones para cumplir con el tratado y creó dos grupos de trabajo adicionales: uno enfocado en el desarrollo de proyectos y otro en cuestiones ambientales. Esto no beneficia a corto plazo a los agricultores del sur de Texas, pero podría ser clave en la próxima década.

Rosario Sánchez explicó que ambos países deben reconocer que el tratado tiene límites y que podría ser necesario un nuevo modelo. “El modelo actual ya no funciona y ambos países necesitan negociar nuevos acuerdos que consideren las condiciones actuales y los escenarios futuros”, sostuvo.

La investigadora advirtió que esta disputa puede “afectar todo y contaminarse con otros temas, como tarifas, que no ayudan en nada a los asuntos de agua en la frontera México-Estados Unidos”.

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