Por alguna extraña razón, José Heriberto “N”, alias “Beto Caguamas”, goza de gran estimación en su barrio, y más allá.
Es tanto el aprecio que le tienen los vecinos que no dudan en brindarle protección cuando es asediado por sus adversarios, incluidas las fuerzas del orden.
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Su solidaridad quedó de manifiesto en las primeras horas de este viernes, durante el enésimo arresto del personaje saltillense.
Una multitud, entre la que se encontraba su familia, se agolpó en torno a su domicilio para oponer resistencia a los militares y elementos de seguridad, a los que incluso agredieron físicamente.
Para sus allegados, este operativo policiaco no es sino un hecho que pronto se convertirá en una anécdota más en la historia de inmunidad del popular personaje.
A unos metros de la casa cateada, VANGUARDIA trató de abordar a una asustadiza vecina que salía a barrer, pero, antes de poder conocer sus impresiones en torno a la detención, simplemente dio la media vuelta y penetró en su domicilio.
“Yo tampoco sé nada”, se adelantó a señalar otro habitante de la calle Corregidora quien, a su paso, había visto al reportero y la reacción de su vecina.
Las unidades de la policía municipal no han dejado de circular por la empinada calle —donde abundan las cámaras de vigilancia—, de la colonia Benito Juárez.
En febrero de 2013 “Beto Caguamas” ya llevaba cuatro detenciones, principalmente a manos de la policía preventiva, luego de lo cual volvió a salir libre.
En aquella ocasión, el entonces alcalde Jericó Abramo Maso felicitó a los efectivos del otrora Grupo de Reacción Operativa Municipal de Saltillo (GROMS) que habían logrado la captura.
Explicó que el arresto fue legal y fundamentado, de modo que la autoridad competente podía proceder jurídicamente contra él, sin problema alguno.
El edil confió en la estricta aplicación de la ley, que establece que, por clandestinaje reincidente, el susodicho amerita tres meses de cárcel, sin derecho a fianza.
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En un dejo de desconfianza, el munícipe conminó a la ahora Fiscalía General del Estado a actuar conforme a Derecho:
“Si es así —habría expresado—, yo lo reconoceré públicamente, pero si no es así, yo tendría que platicar con el procurador para ver qué está pasando”.
EL CORRIDO DE BETO CAGUAMAS
Atraído por su actividad e historia de arrestos fallidos, Azael Serna, actor y cantautor de géneros regionales, le compuso hace tres años un pegajoso tema.
La letra de la canción exalta al delito como a la impunidad, y presenta a “Beto Caguamas” como el personaje que mucha gente cree que es un héroe o leyenda:
“Ando enfiestado, acelerado por mi Saltillo, ya todo el pisto me lo he tomado y las morritas quieren seguirle, ¿qué va a pasar?”.
“No me la acabo de la carrilla porque no traigo ni una bebida para seguirle con las plebitas pa’ festejar”.
“Beto Caguamas es buen amigo y estoy seguro que de este lío me va a salvar con unas caguamas o un botecito que me dará”.
“Yo no hago panchos, ni estoy bebido, si no es Buchanans, que sea caguama…”
“Ya muchas veces que lo han tumbado y se levanta como los grandes, mi compa Beto, muy larga vida Dios le dará”.
“Por eso, amigo, si ocupas algo cae al aguaje, no se me agüite, con unos botes o una caguama revivirás… Beto Caguamas, adiós, carnal”.
En efecto, la madrugada de este viernes, atendiendo una denuncia anónima, personal de la Policía del Estado, con el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional, detuvo nuevamente a “Beto Caguamas”, de 54 años de edad.
Domiciliado en la calle Corregidora, colonia Benito Juárez, el personaje es acusado de vender ilegalmente bebidas alcohólicas y distribuir droga, presuntamente cristal y mariguana, actividades que realiza desde hace por lo menos 12 años.
También fueron aseguradas tres personas más, así como varias hijas del detenido: Ruby, de 23 años, Erika, de 26 y Mary, de 21 años, por obstaculizar y agredir a la autoridad.