La bielorrusa Aryna Sabalenka se consagró campeona del US Open por segundo año consecutivo tras vencer a la estadounidense Amanda Anisimova en la Final femenil disputada en Nueva York. Con parciales de 6-3 y 7-6 (7-3), la número uno del mundo defendió con éxito el trofeo y alcanzó el cuarto título de Grand Slam de su carrera.
El encuentro comenzó con dominio de Sabalenka, quien capitalizó la potencia de su saque para llevarse el primer set 6-3. En el segundo, la bielorrusa tuvo ventaja de 5-3, pero permitió la reacción de Anisimova, que estiró el duelo al desempate. Finalmente, la experiencia de la campeona se impuso para cerrar el parcial 7-6 y asegurar la victoria.
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Con este resultado, Sabalenka logra su primer trofeo de la temporada tras quedarse en la orilla en otros tres torneos mayores: fue subcampeona en el Abierto de Australia y en el Abierto de Francia, además de alcanzar las Semifinales en Wimbledon.
El triunfo también coloca a Sabalenka en un lugar especial en la historia reciente del tenis, ya que se convirtió en la primera jugadora en retener la corona en el US Open desde Serena Williams, quien lo consiguió en 2013 y 2014. En total, la bielorrusa ya suma cuatro títulos de Grand Slam.
La Final representó también un golpe duro para Anisimova, actual número nueve del mundo, que disputó su segunda Final consecutiva de un torneo mayor tras la de Wimbledon, donde cayó ante Iga Swiatek. Pese a la derrota, la estadounidense escalará al cuarto lugar del ranking WTA.
El premio económico para la campeona fue de 5 millones de dólares, la cifra más alta entregada en la historia del tenis femenino. Al finalizar el partido, Anisimova se mostró visiblemente afectada y fue acompañada por miembros de la organización.
El cierre de la temporada de Grand Slam en Flushing Meadows deja a Sabalenka como la jugadora más consistente del año en la rama femenil, consolidada en la cima del ranking mundial y con la mira puesta en el cierre de temporada en el circuito WTA.
Con este bicampeonato en Nueva York, la bielorrusa reafirma su dominio en el último major del calendario y mantiene su posición como referente principal del tenis actual.
