Ahora sí, Claudia Sheinbaum cumple hoy un año en la Presidencia. No parecen 365 días, sino una eternidad. Heredó el peso de la cuatroté, a un expresidente que no se ve, pero se siente, una economía maltrecha, un país a merced de los cárteles, a los que no ha podido contener ni frenar con su nueva estrategia, una guerra entre criminales en Culiacán y la implosión en Morena por la corrupción y sus vínculos con el crimen organizado. Sheinbaum ha podido ver muy poco hacia delante porque trae sobre la espalda muchos encargos del pasado que le impiden volar libremente y construir su sexenio.