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lunes, septiembre 8, 2025
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La Amistad, una presa víctima del clima y la extracción descontrolada

La Presa Internacional La Amistad en Ciudad Acuña, registra hoy niveles de abatimiento considerados históricos. Esto como consecuencia de la escasez de lluvias y la presencia de altas temperaturas, efectos que ha traído consigo el cambio climático en la región.

De acuerdo con información de la Sección Mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, (CILA), entre México y Estados Unidos, en Ciudad Acuña, hasta el pasado 16 de mayo este embalse se encontraba al 12.5 por ciento de su capacidad total, sólo medio punto porcentual arriba del registrado el 11 de julio de 2024 que fue de 12 por ciento, el más bajo en los últimos años.

“Significa un nivel bastante bajo de la presa. Vamos con tendencia al histórico de 12 por ciento, pero estamos en la época de huracanes que termina en noviembre y tenemos la esperanza de que se presenten huracanes en esta zona y nos ayuden a recuperar agua en la presa”, declara Ignacio Peña Treviño, representante de la citada Sección.

El viernes 22 de agosto, y después de algunas semanas de precipitaciones pluviales en la cuenca del Río Bravo, la presa tuvo una mejoría de 14.4% en su capacidad total.

Sin embargo, especialistas advierten que la sequía progresiva de más de 30 años, resultado de la modificación de los patrones climatológicos en la parte alta del también llamado Río Grande del Norte, amenaza con desecar cada vez más esta presa binacional ubicada sobre el cauce del Bravo y catalogada como la mayor en todo Coahuila.

CLIMA Y EXTRACCIÓN DESCONTROLADA

José Luis Escobedo Sagaz, en su tesis para obtener el grado de Doctor en Economía, “Política del Manejo de las Aguas Superficiales en la Cuenca del Río Bravo”, publicada en 2008, sostiene que “el volumen almacenado en la presa muestra un comportamiento estable, sin embargo, a partir de 1994 se observa una reducción. La explicación de este fenómeno al parecer se encuentra en la reducción de los flujos debido a condiciones climáticas”.

Otro peligro más señala Waldo Terry, ambientalista y presidente de la asociación Amigos del Río San Rodrigo en Piedras Negras, es la extracción descontrolada de agua para el riego agrícola, sobre todo en el valle de Ciudad Juárez, Chihuahua, que ha contribuido, en buena medida a mermar el caudal del Río Bravo y desde luego sus afluentes Río Conchos, San Diego, Escondido y Arroyo las Vacas, y con ello el de las presas que alimenta aguas abajo.

“Ha habido mucha depredación en los ríos. En esta parte del norte de Coahuila no se ha tenido el más mínimo cuidado con los ríos que también son fuentes de agua para consumo humano y son afluentes que alimentan el Bravo”, comenta el ambientalista Ernesto Zambrano.

Según los boletines hidrométricos de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, mientras que en 2012 el vaso de La Amistad reportó un volumen de almacenamiento de 2 mil 404.4 millones de metros cúbicos de agua, para 2018 el nivel bajó a 2 mil 207.2 millones de metros cúbicos de agua y a mil 333 millones de metros cúbicos en 2022, una caída vertiginosa.

Lo anterior aunado a la obligación que tiene nuestro país, con base en el Tratado Internacional de Límites y Aguas firmado por México y Estados Unidos en 1944, de entregar a Norteamérica un volumen de 2 mil 158 millones de metros cúbicos de agua, en periodos de cinco años, es decir, un promedio anual de 431.7 metros cúbicos de agua del Río Bravo y sus presas La Amistad, en Ciudad, Acuña, Coahuila y Falcón, en Ciudad Guerrero, Tamaulipas.

“Dicho tratado ya podríamos considerarlo no práctico porque desde ese entonces el entorno y la constitución de los ecosistemas se ha modificado sustancialmente. Si esto no se observa con apego y equitatividad habrá de traer conflictos serios puesto que la afectación será para miles de habitantes a lo largo y ancho de la frontera”, vaticina José Juan Martínez Zapata, en su libro “Acuña en la historia”.

A mediados de mayo pasado, Vanguardia publicó que, con apego al Tratado del 44, hoy México mantiene un adeudo con la Unión Americana de más de mil 600 millones de metros cúbicos de agua, situación que compromete aún más la condición de agotamiento de la presa.

CRECIMIENTO DESORDENADO

Otro factor que interviene en este problema es el incremento de la población en Ciudad Acuña, que pasó de 134 mil 233 habitantes en 2010 a 163 mil 058 en 2020 y, se calcula que, a casi 200 mil en lo que va del presente año, una tasa de crecimiento de 1.8 por ciento anual, la cuarta más alta en el estado después de Ramos Arizpe, Arteaga y Saltillo.

Asimismo, y conforme a los datos del INEGI se sabe que el número de viviendas ocupadas en esta localidad fronteriza aumentó de 29 mil 342 en 2010, a 47 mil 231 en 2020, cifras que la convierten en la quinta con la mayor cantidad de casas, luego de Saltillo, Torreón, Monclova y Piedras Negras.

“Todas las ciudades fronterizas, tanto de México, como de Estados Unidos, tienen tasas de crecimiento muy altas y el volumen del agua está bajando. Son dos situaciones contradictorias, las autoridades van a terminar racionando el agua a las ciudades y por lo tanto a los ciudadanos. De hecho, en Eagle Pass ya han racionado a los ciudadanos desde hace dos o tres años”, dice el ambientalista Waldo Terry.

No obstante, José Luis Pérez López, subgerente de Drenaje y Bacheo del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento de Acuña, (SIMAS), asegura que hasta ahora, gracias a la eficiencia con la que viene trabajando este organismo operador, no se ha presentado la necesidad de recurrir a tandeos.

“Tandeos no, gracias a Dios no, por lo eficiente del sistema”.

Reconoce, empero, que la explosión demográfica y la consiguiente alza en la construcción de viviendas, podría representar un problema de dotación de agua en los años venideros.

“Está llegando más gente, ¿pos de dónde les damos agua?”.

Detalla que el SIMAS, cuya fuente principal de abastecimiento es el agua superficial de la Presa La Amistad, ya se encuentra explorando fuentes subterráneas para garantizar el suministro, lo cual, por supuesto, implica gastos.

“Tenemos dos pozos en el ejido Las Cuevas, son dos pozos pequeñitos que surten algunas colonias. Los que estamos explorando están en el poniente de la ciudad, pero se requiere de inversión para explorar otras fuentes”.

Subraya que el 99 por ciento de las colonias en Acuña cuentan con el vital líquido, situación que es un privilegio para la gente de esta ciudad.

Entretanto, el sector agrícola se surte, dice, del agua de las presas de Jiménez, como la Centenario, (cuyo nivel se hallaba al 29.3 por ciento de su capacidad hasta el pasado 2 de septiembre), que abastece a los productores de ganado y las siembras en el área rural del municipio.

Preguntado sobre si en un futuro no muy lejano este embalse, que inició operaciones en 1969 con los propósitos de almacenar y regular los escurrimientos del Río Bravo, (control de avenidas), garantizar el reparto binacional del recurso agua, generar energía eléctrica y promover actividades de pesca y recreación, podría llegar a secarse en su totalidad, Ignacio Peña Treviño, representante de la Sección Mexicana de la CILA en Ciudad Acuña, contesta que no:

“No creo que pase eso, pero lo principal es una educación de cuidar el agua que tenemos. Como siempre tuvimos en abundancia… Aquí en Acuña nosotros somos privilegiados porque tenemos agua, no demás, pero sí suficiente. Sin embargo, se debe continuar con programas educativos dirigidos a la población para cuidar el agua que tienes porque cada vez es más escasa.

“Es necesario hacer conciencia, programas, todo tipo de actividades que vayan enfocadas a educar a la población a cuidar el agua, eso es muy importante. No lavar los coches con la manguera, el jardín, son acciones que nos ayudan a conservar el agua que tenemos, cuidar el agua que tenemos”.

PRIMEROS ESTRAGOS

Piedras Negras, una de las ciudades fronterizas que se abastecen con el agua que baja de la Presa La Amistad, ya ha comenzado a padecer la escasez del líquido, dado el aumento de su población, el crecimiento desproporcionado de la mancha urbana y la añeja red de distribución que propicia fugas.

Qué diferencia a lo que ocurría hace 30 años, cuando el ambientalista y miembro de la Asociación Amigos del Río San Rodrigo, Rolando Galván, no sabía qué era un tinaco.

“Cuando era estudiante de arquitectura un maestro nos estaba explicando dónde poner el bóiler y dice ‘y el tinaco’ y yo le pregunto a un compañero, ‘¿oye qué es un tinaco?’ dice, ‘¿cómo que no sabes qué es un tinaco?’, le digo ‘no, no tengo idea’ y empieza, ‘oye que Rolando no sabe qué es un tinaco’, llega a oídos del maestro y dice, ‘¿quién no sabe qué es un tinaco?’, y le digo ‘yo’”.

“Dice, ‘¿eres de Piedras Negras?’, le digo ‘sí, ¿por qué?’, dice ‘es que ahí hay mucha agua, hay tanta agua que se revientan las tuberías, allá no necesitan tinaco’. Y era cierto, hace 30 años aquí no había tinacos, no existían, y ahorita si no tienes tinaco no te llega el agua, no te bañas”.

Peña Treviño precisa que actualmente se están extrayendo de La Amistad, en el punto de Ciudad Acuña, un volumen de 18 metros cúbicos por segundo de agua, 15 para Estados Unidos, que son usados por Eagle Pass en consumo humano y riego; y tres metros cúbicos de agua por segundo, es decir tres mil litros de agua por segundo para México, destinados exclusivamente al suministro doméstico de Ciudad Acuña, Piedras Negras y Nuevo Laredo, las localidades más grandes en esta porción de la franja fronteriza,

“Ahorita es la instrucción que tengo: Conagua es la dueña del agua, es la que nos da la instrucción, ‘saquen tres metros cúbicos para la población’, Estados Unidos dice ‘nosotros vamos a sacar 15’. En total son 18 metros cúbicos por segundo. Nosotros no podemos sacar agua para riego ahora, sabemos que se necesita, pero no tenemos agua para riego, no hay el recurso”.

Al respecto, el orden de las prioridades que marca el Tratado de 1944 para el uso del agua del Bravo y sus presas es el siguiente:

1) Doméstico y municipal.

2) Agricultura.

3) Generación de electricidad.

4) Otros usos industriales.

5) Navegación.

6) Pesca.

Y 7) Cualquier otro uso benéfico determinado por la CILA.

Tales volúmenes, aclara Peña, dependen de las necesidades que existen de cada lado de la frontera.

“Son las necesidades que cada quien tiene”.

Sin embargo, a mediados de mayo pasado Vanguardia publicó que el volumen de extracción de La Amistad era de hasta 120 metros cúbicos de agua por segundo, esto es 120 mil litros de agua por segundo, cuando la presa se encontraba al 12.5 por ciento de su capacidad total, uno de sus niveles históricamente más bajos.

“Sí hubo un momento en que tuvo que excederse para aminorar la presión de allá… (Estados Unidos). Se venía arrastrando el no pago de ciertas cantidades de agua y no se exigía cumplir con el convenio. No había esa obligatoriedad de decir ‘me tienes que soltar más agua porque me toca a mi lado tanto, me tienes que pagar’. Llegan otras administraciones y empiezan a exigir por la necesidad que hay del otro lado”, dice el exalcalde, exdiputado y exregidor de Ciudad Acuña, Alfredo Garza Castillo.

Tanto que a principios de año el presidente de Estados Unidos Donald Trump amenazó con imponer aranceles a México, si no cumplía con el pago de agua al que está comprometido por el Tratado del 44.

Esto va a ser un problema si se sigue con ese detalle del desagüe”, dice Alfredo Garza.

ALMACENAMIENTO POR DEBAJO DE LAS POSIBILIDADES

Alfredo tenía siete años cuando se terminó de construir La Amistad, y lo recuerda como un suceso que despertó la sorpresa y la alegría de los acuñenses.

“Una alegría en aquel entonces de que llegaras a tener un área tan grande de agua. Ver la inmensidad de una acumulación de agua de tal grado. En el 70 – 72 se llenaba, estuvo a punto de desbordarse y llegó a haber un perifoneo, se empezó a anunciar y hubo una especie de pánico en esos años”.

Información de la Sección Mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, (CILA), entre México y Estados Unidos en Ciudad Acuña, indican que hasta el pasado mes de mayo, un día después del inicio de la temporada de huracanes, había almacenados en La Amistad 775 millones de metros cúbicos de agua, que representan el 19.6 por ciento de la capacidad normal y el 12.5 por ciento de la capacidad total, si se considera que en la actualidad al embalse le caben 3 mil 950 millones de metros cúbicos de agua.

De acuerdo con el corte del viernes 22 de agosto la presa mostraba una subida en su almacenamiento de 944 millones de metros cúbicos de agua, que representan 23.8 por ciento de su capacidad normal y el 14.4 por ciento de la capacidad total.

“Hablamos de dos capacidades: de la capacidad normal que es cuando tenemos agua para todas las necesidades, para uso doméstico, riego, generación de energía, deportes acuáticos, todo ese tipo de actividades, esa es la capacidad normal. La presa debe tener cerca de tres mil 900 millones de metros cúbicos de agua, de esa capacidad ahorita estamos al 24 por ciento.

“Y la súpercapacidad, es cuando la presa estaría completamente llena, que nunca se daría el caso, porque nunca vamos a dejar que se llene, sobre todo de mayo a noviembre que es la época de huracanes no podemos dejar que suba tanto la presa, porque se nos presenta un huracán repentinamente y nos la puede hacer fallar. La idea es tenerla siempre en la capacidad normal o un poco arriba, pero sin llegar nunca al name, que es el nivel de aguas máxima extraordinario. De ese nivel máximo en mayo estuvimos al 12.5 por ciento, lo más bajo ha sido 12 por ciento”.

Explica Peña Treviño, cuya oficina es la encargada de la operación y mantenimiento de la Presa La Amistad, además de llevar la contabilidad de las aguas internacionales del Río Bravo, desde Ojinaga, Chihuahua, hasta Laredo, Tamaulipas.

Lejos está la presa de llegar a los niveles que registró durante los primeros días de julio de 2010, luego del paso del Huracán Alex por Coahuila, niveles que se ubicaron, según el Boletín Hidrométrico Número 80 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas a los entre 5 mil 060.3 millones de metros cúbicos de agua y los 5 mil 129.8 millones de metros cúbicos de agua, un mar de agua.

“Solamente en 2010 llegamos a una recuperación con el Huracán Alex, tuvimos una recuperación buena, pero no duró el agua, hacía mucha falta, hubo que utilizarla. Aparte de ahí no hemos tenido lluvias de consideración. Tenemos 30 años con una sequía progresiva, ahorita ya vamos llegando a la extrema. Aquí el problema es que la sequía está en los dos lados, no es nada más en México, es en Estados Unidos, en esta zona”, dice el ingeniero Ignacio Peña.

COMBATIR CON EFICIENCIA

José Luis Pérez López, subgerente de Drenaje y Bacheo del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento de Acuña, (SIMAS), destaca que la eficiencia con que trabaja este organismo operador le valió ser reconocido con el Premio Nacional de Cultura Hídrica 2024, que entrega la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento de México, (ANEAS), A.C.

“Por la labor de concientización que impulsamos sobre el cuidado del agua, desde los niños, se concientiza más fácil que a los papás, los niños son los que vigilan más el agua y andan sobres, ‘oye papá, allá la vecina tiene fuga’ y nos las reportan. Tenemos un programa que se llama Guardianes del Agua, son como dos mil niños”.

Añade que el SIMAS Acuña cuenta con cinco cuadrillas, más dos brigadas especiales para atender las fugas de agua las 24 horas.

“Las fugas se atienden en tiempo récord, mediante grupos de whatsapp de ciudadanos que están avisando de fugas”.

Don Gerardo Pérez García, secretario del Consejo de Administración de la Sociedad Cooperativa de Producción Pesquera Pescadores de la Presa de La Amistad, llegó a Acuña hace casi cuatro décadas, y no recuerda haber visto un paisaje tan desolador en el dique, como el de los últimos años.

“De 39 años que tengo aquí no había visto así la presa y es preocupante… Tenemos sequía todo el norte de Coahuila y el sur de los Estados Unidos…”.

Dice que esta situación está afectando de manera directa a entre 25 y 30 familias que aún se dedican y viven de la pesca.

“Olvídese, nosotros las familias es un batallar, es un navegar. Más olvídese la gente que se abastece de producto en la Región Carbonífera, la región de Piedras Negras, que compraba el pescado y que no lo hay…”.

Pérez García cuenta que en las mejores épocas de la presa un pescador llegaba a sacar hasta entre 200 y 250 kilos de pescado, trabajando de lunes a viernes.

Y la cooperativa en su conjunto lograba pescar de tres a tres y media toneladas por semana de especies como besugo, bagre y carpa.

Hoy no pasa de los 20 o los 25 kilos por socio.

“Muy poco… pa sostenerse la familia…más los gastos de la gasolina y todo eso. Al no subir el agua no hay producción, o sea que tiene que subir el nivel del agua pa que el pescado se mueva a buscar los escurrimientos… Ahorita no sale pescado, las partes aptas de la pesca ya no están, Ya nomás quedan los puros relises… ta la piedra no hay comida, no hay algas, no hay nada de nada”.

Empero don Gerardo alberga todavía la esperanza de que el cierre de año sea llovedor para la región, suban los niveles de la presa y por ende la producción de peces.

“Mientras no llueve arriba vamos a estar secos. La presa aun así es muy grande, muy larga y hay cantidad de agua, espejos de agua muy profundos…”.

Gerardo Pérez cuenta que algunos pescadores han optado por combinar su oficio con el de operario en alguna maquiladora de Acuña o, de plano, con el de poner un negocio de gorditas.

Señala que los bajos niveles de la presa han impactado de manera negativa al turismo que antes generaban los torneos de pesca deportiva mismos que, durante años, significaron una derrama económica para el municipio de Acuña y sus alrededores.

“Recuerdo un evento que hubo aquí de los 100 mejores pescadores del mundo…”.

-¿Qué siente de ver la presa como está?

-Se siente algo de tristeza…

Por su parte, Fernando Berain, presidente y director de la Oficina de Convenciones y Visitantes, (OCV), en Acuña, añade que el turismo que visitaba la presa ha bajado considerablemente.

“Anteriormente se realizaban torneos constantes de pesca, inclusive torneos nacionales selectivos para mundiales. Lamentablemente la presa ha bajado muchísimo su nivel, derivado de la escasez de lluvias en la región”.

Ernesto Zambrano, ambientalista y miembro Asociación Amigos del Río San Rodrigo, urge que ante este panorama el papel de la CILA debe fortalecerse, no solo como ejecutora de mediciones y entregas, sino como promotora de soluciones técnicas binacionales que reconozcan la emergencia climática y permitan cierto grado de flexibilidad operativa, sin poner en riesgo la estabilidad diplomática.

UN SALVAVIDAS PARA LA AMISTAD

El 30 de diciembre de 2024 mediante un comunicado la Comisión Internacional de Límites y Aguas, (CILA), entre México y Estados Unidos, anunció la firma de un acuerdo para el desarrollo de un proyecto que tiene como objetivo preservar la seguridad estructural de la Presa Internacional de La Amistad, mediante el reforzamiento, en la parte mexicana, de la cortina de tierra del embalse en áreas impactadas por sumideros y filtraciones.

El proyecto denominado “Construcción de un Muro Diafragma Compuesto para reducir el riesgo de falla en la Presa Internacional de La Amistad”, consiste, como su nombre lo dice, en el diseño y construcción de un Muro Diafragma Compuesto que tendrá una longitud de 2.6 km y cuyos costos, no especificado en el boletín, se dividirán en 43.8% para México y 56.2% para Estados Unidos.

Se prevé, señala Ignacio Peña Treviño, representante de Sección Mexicana de la CILA, que los trabajos de la obra arranquen el año que viene y se concluyan en aproximadamente 30 meses.

Según el documento las condiciones de sequía y los bajos niveles históricos de almacenamiento de la presa han sido, precisamente, las circunstancias que facilitaron la detección el año pasado de un total de 55 sumideros en el lado mexicano de la presa.

“Para México y los Estados Unidos y para la CILA, es fundamental garantizar la seguridad de la Presa de La Amistad. (…)”, dijo Adriana Reséndez, la comisionada mexicana de la CILA.

Tal proyecto se realizará con base en las recomendaciones de los Asesores Técnicos de la CILA, que incluyen a personal de la Comisión Nacional del Agua de México y del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, se lee en el comunicado.

“Es un fenómeno natural por el tipo de suelo de roca caliza, pero todo está controlado, no hay ningún problema de seguridad”, clarifica Ignacio Peña Treviño.

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