Donald Trump excluyó a la presidenta Claudia Sheinbaum de su lista selecta de líderes invitados a su toma de posesión el próximo lunes en las escalinatas del Capitolio. Algunos pensarán que es un desaire luego de haber hecho público que lo haría, pero haberla eliminado de la lista −si es que alguna vez realmente estuvo considerada− es un elogio inopinado de Trump hacia Sheinbaum, porque no se mezclará con un puñado de líderes de extrema derecha o dictadores en una ceremonia donde el presidente electo, como muchas cosas que ha hecho, rompió con todos los antecedentes y por primera vez en la historia de las tomas de posesión en su país, será acompañado por gobernantes extranjeros.
Exclusión benéfica: No es Claudia una aliada estratégica de Trump
