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En el corto ‘Guayule, ladrillo y cal’ cuentan la historia de la icónica colonia de Saltillo

La colonia Guayulera es una de las más antiguas de Saltillo, tiempo suficiente para pasar de ser un centro de crecimiento económico para la región a una zona estigmatizada, pero aún llena de vida y cultura, elementos de su historia que son explorados en el cortometraje documental “Guayule, ladrillo y cal”.

Dirigido por Eduardo Villanueva, con un guión del historiador Luis E. Galindo y Sergio Villanueva, esta producción, contada por habitantes de la misma colonia, fue realizada con apoyo de la convocatoria Cortometrajes en el Barrio del Instituto Municipal de Cultura de Saltillo (IMCS).

“Queremos dar a conocer la historia de la Guayulera por que es un barrio emblemático de Saltillo pero estigmatizado, por el pandillerismo, la drogadicción y la idea es contrarrestar esa mala imagen de la colonia y contar que existe otra historia, la de su desarrollo comercial, económico, el nacimiento de la industria del ladrillo y de la cal, los varios oficios que hubo, eso es lo que realmente importa”, compartió para VANGUARDIA Luis E. Galindo, quien al enterarse de la propuesta del IMCS buscó a un director que pudiera llevar esta investigación al lenguaje cinematográfico, encontrando en Eduardo Villanueva a su aliado.

“El documental aporta una mirada a la industria del guayule, con la fábrica, después con las ladrilleras y caleras y conocemos a algunos de los protagonistas de estas industrias, nos cuenta cómo llegaron a la ciudad y los primeros pasos de la colonia”, comentó Villanueva sobre este corto.

El guayule o yerba de hule es una planta endémica de la región de la cual se puede extraer el caucho, que a su vez es y fue utilizado en muchos aspectos de la industria, sobre todo la automotriz y militar, por lo que la fábrica que se instaló para aprovechar estos matorrales que crecían en la zona se convirtió en un centro de crecimiento para Saltillo. A ello se sumaron los yacimientos de arcilla y cal, que propiciaron el desarrollo de otra industria, ahora ladrillera, que todavía es emblema de esta parte de la ciudad.

Para el historiador esta fue una oportunidad de conocer a descendientes de los primeros pobladores de la colonia, así como a caleros y ladrilleros que han mantenido esta tradicional industria activa, así como descubrir detalles históricos sobre la zona que no conocía.

“No conocía que el puente negro le da origen a la colonia y lo hizo Guillermo Purcell para el tren Coahuila y Zacatecas, que iba a Concepción del Oro, pero el dueño de las tierras era Crescencio Rodríguez González, que compró esa tierras que eran antes conocidas como hacienda o rancho de las Galeras, de ahí el nombre del cerro, y eran dueños los Narro”, compartió.

Eduardo, quien vivió hasta hace unos años en la colonia, comentó que hacer este documental le permitió “redescubrir un lugar que pensaste que conocías. Tener la fortuna de conocer una planta de guayule, yo con 32 años y Luis con casi 80 pudimos conocer la planta como tal y ese tipo de descubrimientos, de lugares que han sido muy importantes para la ciudad y uno los ve hoy y día y difícilmente se percata de ese tipo de cosas”, mientras que Luis destacó haber podido trabajar con jóvenes que también son de la colonia.

Solo existe otra planta de la que se puede extraer este tipo de caucho o látex, y se trata de una especie nativa de Brasil, la siringa o hevea brasiliensis, que se cultiva y procesa en Asia mayoritariamente, pero el documental revela que hay esfuerzos por hacer del guayule una industria del látex en el noreste mexicano que pueda revivir el potencial de esta planta para la economía.

El documental lo han podido presentar en proyecciones junto con el IMCS o gestionadas por su cuenta en distintas zonas de la ciudad, incluyendo otros barrios, permitiendo que esta visión más amplia y profunda de una colonia que creemos que conocemos se difunda.

Eduardo agradeció al equipo que no solo hizo posible el documental, sino que lo enriqueció y engrandeció con sus ideas, además de recalcar la dedicatoria a sus padres y abuelos, que no nacieron en Saltillo, pero sin los cuales no sería parte de esta ciudad y su historia.

“Es un reconocimiento a quienes nos trajeron a esta bendita colonia, porque la historia nos demuestra que fue bendita en varios sentidos. El guayule es una planta rara que nada más crece aquí, el arroyo, por el tipo de tierra permitió tener barro y la piedra azul para hacer la cal. La misma tierra se pudo crear el cimiento de un lugar así de chido”, concluyó.

La siguiente presentación oficial será este sábado 27 de septiembre a las 19:00 horas en el Skate Park de la colonia Saltillo 2000, junto con los otros beneficiados de la convocatoria Cortometrajes en el Barrio. La entrada es libre. Puedes encontrar información de otras proyecciones en su página de Instagram @guayule_estudio.

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