Remuevo mis pensamientos alrededor de la tecnología “libro”; aunque en su origen ésta tuvo un servicio mnemotécnico, se llenó de sombras y de endemoniados comentarios en su momento. Naturalmente, esto también marcó, aún más, que el Logos defina barreras entre “los que piensan y los que hacen”. Hasta el momento, las barreras con la tecnología libro no han sido superadas, sobre todo en Ecuador, donde el libro es prácticamente un bien exclusivo. Sin embargo, algo subrayable es que el libro brinda una postura a la corporalidad de la persona que se sumerge en la lectura. El gesto de la persona lectora ha sido evocada grandemente por el arte. Incluso “los Ex Libris” encantan con la magia de las personas lectoras; y a su vez, aumentan el valor del objeto libro coleccionable para los especialistas. También, el cambio de hoja de un libro sirve de ejemplo, exacto, de la supinación y pronación del brazo. Por otro lado, el devenir del transporte ofreció a los lectores un libro de bolsillo y que ha sido reemplazado, hoy en día, por teléfonos celulares. Con esta pequeña introducción, a lo que quiero llegar es: pensar el cuerpo, la corporalidad y la corporeidad que brinda nuestra relación con el gesto de “Like” en las redes y medios sociales. Entonces, ¿qué fronteras se definen a través de los medios sociales gracias a sus arquitecturas? Una de ellas, la más utilizada, es el “like” en las llamadas “redes sociales”. Este gesto, aparentemente, sencillo define mucho en nuestra corporalidad y corporeidad. Define también nuestras relaciones con la alteridad. ¡Esta vivencia podría ser potencialmente fantástica como irreversible!
De la pincelada gestáltica al gesto del ‘like’
