A un año de que inició la guerra abierta entre “Los Chapitos” y “Los Mayos”, grupos rivales del Cártel de Sinaloa, la vida en Sinaloa se ha transformado, al tiempo que las autoridades reconocen el tamaño del desafío y aseguran que trabajan para restablecer el orden.
La violencia que inició el 9 de septiembre de 2024 ha dejado una estela de luto en miles de hogares.
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Según cifras oficiales, en este año suman mil 850 muertas violenta; entre las víctimas hay mujeres, niñas, niños, pero sobre todo hombres jóvenes.
En un año, 46 elementos de seguridad de corporaciones municipales, estatales, agentes de investigación de la Fiscalía General del Estado y federales han sido asesinados; 33 de ellos, han sido privados de la vida en Culiacán.También hay repercusiones económicas.
El sector privado, estima que la violencia ha golpea a todo los sectores productivos, desde la agricultura, pequeños y grandes comercios, hotelería, gastronomía, espectáculos, incluso escuelas privadas.
El daño se calcula en 36 mil millones de pesos.La Coparmex estatal estima que 35 empleos se han perdido.
Ante este escenario, las autoridades federales mantienen operativos que han logrado detenciones de generadores de violencia, así como decomiso de armas y dinero.
Sin embargo, pese a los esfuerzos oficiales por alentar el retorno a la vida nocturnas y reactivar económicamente los sitios emblemáticos de Culiacán, como el Paseo del Ángel, los continuos sucesos de violencia, que se replican en otros municipios de la entidad, desalientan a una población que opta por el refugio y la seguridad en sus hogares.
Las confrontaciones armadas entre los grupos rivales, en ciudades y en el medio rural, las continuas desapariciones forzadas, que suman mil 804 casos denunciados, y los daños patrimoniales con los despojos violentos de 7 mil 810 vehículos de todas las marcas y modelos, forman parte del día a día que se vive desde hace un año.
En ese panorama de incertidumbre, se tiene documentado que hasta el 1 de septiembre pasado, de los mil 804 casos de desapariciones forzadas documentadas, 643 víctimas han sido localizadas, de las cuales 136 fueron halladas sin vida.
De las personas que regresaron a sus casas, no hay datos sobre las circunstancias de su liberación.
Un cambio de vida
La violencia cambió la vida de la gente, particularmente los menores de edad.
Desde preescolar hasta profesional, muchos han visto cómo los efectos negativos de esta situación han alterado sus clases.
En las escuelas se han implementado protocolos en las aulas ante balaceras.
Los alumnos y docentes saben que se deben tirar al suelo al escuchar las primeras detonaciones de armas automáticas.
Luis Alfonso, alumno del tercer grado de la escuela secundaria ETI 50, ubicada en la populosa colonia Rosales, ya lo vivió.
Relata a EL UNIVERSAL los momentos de pánico que pasó, junto con sus compañeros de clases, al tener que tirarse al piso durante varios minutos, ante los fuertes estruendos de las armas.
”Los escuchamos muy cerca, pensé que se habían metido a la escuela a rematar a una persona, por lo fuerte de los estruendos”, recuerda.
Lucía es estudiante de segundo año de la carrera de medicina. Reconoce que su vida académica cambia constantemente, según los sucesos de alto impacto que se presenten.
”Tengo que adaptarme a los cambios de esquema académicos, presenciales o en línea, y no abandonar el estudios”, señala.
La respuesta a la violencia
En un año, las fuerzas federales, entre militares, Guardia Nacional, Marina y elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, concentran en Sinaloa a más de 14 mil elementos, entre ellos, a unidades élite de Fuerzas especiales, Fusileros Paracaidistas, elementos de inteligencia y unidades blindadas Ocelot.
La intervención directa del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, logró, en algunos meses, una baja en crímenes de alto impacto.
De acuerdo con cifras de la Fiscalía estatal, septiembre de 2024 cerró con 142 personas asesinadas, octubre alcanzó las 182, noviembre contabilizó 175; en diciembre bajaron a 156; enero de 2025 registró 138; febrero, 119; marzo, 135; abril, 119; mayo cerró con 165.
Sin embargo, junio de 2025 fue el mes más violento para Sinaloa en 10 años, con 219 asesinatos.
El 30 de junio cerró con 30 homicidios.Un reclamo de la sociedad es que, a pesar del despliegue de militares, las balaceras, los asesinatos, los robos y las desapariciones no paran.
Las autoridades responden a estas críticas con cifras.
Del 1 de octubre al 18 de agosto pasado en Sinaloa fueron detenidas mil 615 personas por delitos de alto impacto, se aseguraron más de 3 mil armas de fuego y 64 toneladas de droga, incluyendo más de una tonelada y un millón 800 mil pastillas de fentanilo.
También se desmantelaron 105 laboratorios de metanfetaminas.Sin embargo, el miedo prevalece entre la sociedad.
“Sin vida nocturna, con más de 2 mil 800 negocios de diversos giros cerrados, entre ellos 75 restaurantes, no se puede hablar que vamos por el camino de la recuperación”, dice Óscar Sánchez Beltrán, coordinador del Frente del Primer Cuadro de Culiacán.