Los sirios despertaron a un futuro esperanzador aunque incierto después de que los rebeldes tomaron la capital, Damasco, y el presidente Bashar al-Assad huyó a Rusia tras 13 años de guerra civil y más de 50 años de brutal gobierno de su familia.
Los sirios despertaron a un futuro esperanzador aunque incierto después de que los rebeldes tomaron la capital, Damasco, y el presidente Bashar al-Assad huyó a Rusia tras 13 años de guerra civil y más de 50 años de brutal gobierno de su familia.