¿Les platico?
1. Hitler consolidó su poder hasta que contó con el apoyo de los capitalistas alemanes; en aquellos años no se hablaba de I.P., como ahora se les nombra a los empresarios.
2. Mussolini hizo lo mismo en Italia.
3- Igual sucedió con el Generalísimo Francisco Franco, en España.
Hitler, Mussolini y Franco explotaron símbolos religiosos, credos y razas, en sus respectivos países:
1. La aversión de Hitler contra los judíos.
2. Mussolini se cobijó bajo el manto de San Genaro, Santo Patrono de Nápoles.
3. Y Franco se echó a la bolsa a las mayorías católicas a través de su ortodoxia política.
Los tres se aliaron con el ejército y lo llenaron de prebendas, desde sus primeros escarceos buscando el poder político.
1. Adolf Hitler murió el 30 de abril de 1945 en el jardín de su búnker de Berlín junto a su esposa Eva Braun, a la que asesinó para después suicidarse, tras la invasión soviética al final de la II Guerra Mundial.
2. Benito Mussolini fue fusilado por los partisanos junto a su amante -la intelectual Clara Petacci- el 28 de abril de 1945, en Guiulino di Mezzegra, cerca del Lago Como, en Lombardía Italia, y sus cuerpos recorrieron las calles de Milán, poniendo fin así al fascismo italiano.
3. Los españoles fueron más benévolos con Francisco Franco, quien vivió hasta el 20 de noviembre de 1975, cuando murió de causas naturales en el Hospital de la Paz de Madrid, pero sus restos fueron exhumados del Valle de los Caídos el 24 de octubre de 2019 y trasladados al olvido del cementerio de Mingorrubio, donde ya estaba enterrada su esposa, Carmen Polo.
Ninguno de los tres se salva de la ignominia y el escarnio mundial.
Tres factores ocurrieron en los pueblos alemán, italiano y español, antes de la II Guerra Mundial y de la Civil española:
1. Comodidad.
2. Conformidad.
3. Resignación.
Estos tres tienen uno en común: La aversión de la ciudadanía a correr el riesgo de oponerse con decisión y acción a un poder político basado en el populismo.
1. Las clases media y alta prefieren la comodidad de ver las corridas de toros desde la barrera. Optan por quedarse en casa viendo la televisión en vez de salir a desafiar el tráfico, el aguacero, los baches y el caos que representa la invitación a una conferencia donde se le toma el pulso a la realidad nacional. A lo mejor van a una que otra manifestación, pero en lugar de permanecer en las calles, apenas termina el último orador se van a los tacos del domingo y a pasar el resto del día en casita.
2. Las clases bajas se conforman con sus realidades: “No ganamos nada levantando la voz y protestando. De jodidos no vamos a salir. Todo sigue igual”.
3. Y los pobres, los más pobres, se resignan. “Fregados nacimos y fregados nos vamos a morir. Con que no nos falte un abanico en los calorones, una cobija en los friazos, frijoles y tortillas y luz para ver las novelas, el fútbol y los programas (estupidizantes) de la televisión, estamos bien, al cabo que hay otros que ni eso tienen”.
¿En qué se parecen estos 3 factores?
1. En que el rico vela nada más por sus parcela.
2. El clasemediero también.
3. Y el pobre hace lo mismo.
Cada quien vela nomás por su parcela
Mientras no me toquen el tomatito, que se pudra el huerto o la granja de la comunidad.
La parcela es lo tuyo y el huerto o la granja de la comunidad es México ¿No te das cuenta?
Ninguno corre el riesgo de levantar la mano y la voz para protestar, por diferentes razones, pero ninguno lo hace, porque mientras no le toquen su tomatito, así están bien.
A lo mejor se quejan, se lamentan, maldicen, despotrican, pero en voz baja, quedito y no pasan a la decisión, menos a la acción.
Se quedan en el pujido, el lamento y el quejido, como decía el legendario del cine sueco, Ingmar Bergman.
A lo mejor están informados, pero no convierten la información en acción ni decisión.
Esto es grave, porque la definición de inteligencia, universalmente aceptada, es: información que provoca decisión y acción.
– P: ¿Y qué es lo contrario a inteligencia?
– R: Lo que promueven muchos programas de la televisión comercial, los noticieros y pronósticos “escotados y embarrados” del clima; las diabólicas redes sociales, como las llamó Umberto Eco en su lecho de muerte.
Por eso, “El Tigre” Emilio Azcárraga se ufanaba diciendo que el negocio de Televisa es hacer programas para los jodidos.
CAJÓN DESASTRE:
– ¿Quiénes más en México están haciendo lo mismo que Hitler, Mussolini y Franco?
– Es pregunta inocente, conste, pero irreverente.
– NO hace falta información. Sobra diamadre, pero si NO provoca decisión ni acción, es un estorbo.
– Mañana, cambio completo de programa, sin faltar el Incomparable Iván y toda su Compañía, más la Irreverente de mi Gaby.