El 13 de noviembre de 1975, VANGUARDIA publicó en su primera plana que Coahuila, de acuerdo a autoridades de entonces, tenía 20 años de atraso en Desarrollo Urbano.
“La carencia de instrumentos rectores del desarrollo ha propiciado el crecimiento desordenado de la totalidad de los centros de población de Coahuila, afirmó el arquitecto José M. Morales del Bosque, director de Obras Públicas del Estado.
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“‘Coahuila tiene más de veinte años de atraso en esta materia, principalmente por falta de profesionales especializados en la materia”, expresó al ser entrevistado.
Entonces el atraso también se explicó por la carencia de áreas municipales estratégicamente localizadas para la construcción de edificios y parques públicos, siendo Saltillo, Monclova y Sabinas donde la obra pública pudo adecuarse al crecimiento urbano.
Morales del Bosque, entonces consideró decisivas las inversiones que se hicieran en estudios de desarrollo urbanístico que permitieran hacer más efectivas las obras públicas y los servicios a la comunidad.
“La estimación, precisa, de todos los factores concurrentes así como la evaluación anticipada de los recursos disponibles para satisfacer las necesidades de servicios son elementos indispensable para evitar altos costos de la obra pública”, expresó entonces el funcionario.
¿CÓMO ESTÁ AHORA?
Para responder la pregunta de cómo está el Desarrollo Urbano de Coahuila 50 años después de aquel diagnóstico, VANGUARDIA consultó al urbanista José Ruiz Fernández, docente de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC).
“Es complicado determinar de manera objetiva una temporalidad de atraso en materia de desarrollo urbano, ya que ello supondría considerar metas permanentes con seguimiento constante. Sin embargo el desorden histórico en el crecimiento urbano ha provocado una dinámica reactiva, siendo un reto importante el ajuste a los escenarios de planeación planteados”, expuso Ruiz.
Agregó que aspectos como los vacíos urbanos y la correspondiente dispersión de la ciudad, el desarrollo en suelo no óptimo, la exclusión territorial de las personas más vulnerables y las presiones urbanas, dejan ver distintos pendientes que precisan de ceñirse a los instrumentos vigentes.
Añadió que contar con un instrumento de planeación urbana recientemente actualizado y con políticas ajustadas a un urbanismo de vocación sustentable, es importante para darle orden a la evolución de la ciudad y procurar la consolidación por sectores y la densificación con respeto a las capacidades de carga, evitando saturar los satisfactores urbanos.
“Asimismo, es importante adoptar una perspectiva sistémica en el futuro del desarrollo urbano, es decir, considerarlo en congruencia con criterios de movilidad, espacio público, accesibilidad y vivienda”, mencionó.
Ruiz Fernández agregó que entre los avances más importantes desde la perspectiva instrumental en los últimos 50 años se encuentra el Atlas de Riesgos, mismo que fue recientemente actualizado en Saltillo.
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“Aunque uno de los puntos fue la ausencia de un proceso participativo amplio, que ojalá se tenga para la siguiente actualización. Dentro de los instrumentos que convendría trabajar destacan el Programa de Ordenamiento Ecológico Local del Municipio, el Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable y un Plan de Resiliencia Urbana”, expuso.
También comentó que uno de los avances más importantes que se han dado en los últimos años es contar con información a nivel de manzana en sistemas de información geográfica accesibles y con capacidades interactivas. Para el caso de Saltillo, el Visor que ha puesto en operación es una herramienta que facilita el acceso a la información pública asociada al territorio.