Carmelo Anthony cerró un ciclo que comenzó en canchas de Brooklyn y Baltimore, al ser inducido al Salón de la Fama del Baloncesto Naismith Memorial este sábado. Entre cánticos de “¡Melo!”, el exjugador tomó su lugar entre los grandes de la historia.
“Disculpen mi lenguaje, pero maldita sea”, dijo Anthony emocionado. “No entro solo, traigo conmigo todas las voces que me dijeron que no podía. Tuve que escribir un nuevo final”.
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Anthony ingresó como parte de un grupo que incluyó a Dwight Howard, Sue Bird, Maya Moore y Sylvia Fowles. Entre ellos suman 11 campeonatos en la NBA y WNBA, 15 medallas de oro olímpicas, 37 selecciones All-NBA o All-WNBA y 45 apariciones en Juegos de Estrellas.
Anthony recordó su paso por el “Equipo Redentor” que conquistó el oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, tras los tropiezos en Atenas 2004 y el Mundial FIBA 2006. En ese equipo compartió con figuras como Jason Kidd, Dwyane Wade, Chris Bosh y el fallecido Kobe Bryant.
El grupo de homenajeados se completó con el entrenador Billy Donovan, el directivo Micky Arison y el árbitro Danny Crawford. La ceremonia también destacó por ser la primera ocasión en que tres jugadoras de la WNBA fueron exaltadas el mismo año.
Sue Bird recordó su camino desde Syosset, Nueva York, donde en su anuario escolar predijo que sería profesional en baloncesto o fútbol. Maya Moore habló sobre su decisión de retirarse en 2019 para enfocarse en temas de justicia social, mientras que Sylvia Fowles celebró haber sido parte clave en los títulos de las Minnesota Lynx.
Moore aprovechó su discurso para pedir a las nuevas generaciones que usen sus plataformas para inspirar cambios. “Descubran qué los motiva cada día”, señaló.
Por su parte, Dwight Howard rindió homenaje a sus padres, en especial a su madre, quien sufrió siete abortos antes de darlo a luz. Recordó también su rivalidad con Shaquille O’Neal y agradeció a referentes como Bill Russell y Kareem Abdul-Jabbar. “Solo se muere una vez, pero se vive cada día”, concluyó.
LeBron James y Mike Krzyzewski también recordaron la importancia del “Equipo Redentor” en la recuperación de la hegemonía estadounidense en el baloncesto internacional.
Con discursos que mezclaron recuerdos, humor y mensajes de legado, la ceremonia celebró a una generación que marcó tanto la NBA como la WNBA.