Carlos Alcaraz volvió a brillar en el Arthur Ashe Stadium de Nueva York al derrotar a Novak Djokovic con parciales de 6-4, 7-6 (7-4) y 6-2, resultado que lo catapultó a la Final del US Open.
El español de 22 años dominó a lo largo del partido, mostrando su superioridad física y táctica frente a un Djokovic de 38 años que batalló con el ritmo impuesto por el joven campeón.
El triunfo de Alcaraz fue contundente: no solo se llevó el pase a la final sin ceder sets, sino que además mantiene una racha impecable en el torneo, sin haber perdido un parcial en todo el recorrido.
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Su agresividad desde la línea de fondo, combinada con variaciones creativas en la red, le permitieron quebrar en los momentos clave y frustrar los intentos de reacción del serbio.
Las estadísticas avalan su dominio: Alcaraz terminó con 31 tiros ganadores y 84 por ciento de efectividad con su primer servicio, mientras que Djokovic apenas registró 15 winners y 30 errores no forzados.
Una diferencia notable que reflejó la brecha entre la intensidad del español y el desgaste del veterano múltiple campeón.
Con esta derrota, Djokovic se queda nuevamente a las puertas de conquistar su título número 25 de Grand Slam, un objetivo que cada vez parece más lejano ante la irrupción de nuevas figuras.
Para Alcaraz, en cambio, esta victoria significa su sexta final de Grand Slam consecutiva y la oportunidad de buscar su segundo US Open, tras el que levantó en 2022.
El próximo desafío será ante el ganador de la otra semifinal: Jannik Sinner, actual número uno del mundo, o Félix Auger-Aliassime, quien sorprendió al llegar a esta instancia.
En cualquier escenario, el duelo promete ser otro capítulo de alta intensidad en la nueva era del tenis.
Más allá del resultado, la imagen es clara: Alcaraz está tomando el relevo de Djokovic como referente mundial.
Su capacidad para dominar física, técnica y mentalmente marca una nueva etapa para el circuito y confirma que el futuro del tenis ya es presente.
