30 C
Monclova
martes, septiembre 30, 2025
spot_img

Por un cine mexicano independiente y no colonizado

El pasado martes 16, en lo que en México se conmemoraba el 215 aniversario del inicio de la lucha por nuestra independencia, en Estados Unidos se apagaba, según varios conocedores, “la última estrella de Hollywood”.

Esto por la muerte a los 89 años de edad del actor, director, productor y activista ambiental Robert Redford de quien trascendió, entre otras cosas, fue fundador en el año de 1981 tanto del Festival Internacional de Cine como del Instituto “Sundance” (en honor a su personaje en el clásico western “Butch Cassidy”, el cual protagonizó al lado de su también amigo Paul Newman). A partir de entonces y hasta la fecha, se convirtió en uno de los principales centros de la Unión Americana para convocar al talento independiente para el que la Meca del Cine parecía no tener cabida para darles la voz y herramientas necesarias para hacer sus proyectos realidad.

El apoyo, que de manera inicial se dio a cineastas marginales en los Estados Unidos, se fue extendiendo a los del resto del mundo y así fue como países como Cuba y México fueron sedes para talentos locales. Por ejemplo, el fin de semana pasado las cineastas Astrid Rondero y Fernanda Valadez fueron las ganadoras de los premios Ariel más importantes a lo Mejor del Cine Mexicano del 2024 gracias a su más reciente producción “Sujo”, filme que al igual de su ópera prima del 2020 “Sin señas particulares” habían ganado premios relevantes en Sundance como los del Público y del Jurado, entre otros más.

Hasta aquí un aplauso por un lado al legado de Redford, por comprometerse como creador a este tipo de iniciativas, y por el otro a cineastas como Astrid Rondero y y Fernanda Valadez, quienes han sabido conducirse para hacerse de apoyos como los que mencionaron al recibir los Arieles a la Mejor Película y la Mejor Dirección, que recibieron de instituciones como la UNAM, gobiernos como el estado de Guanajuato o bancos como BBVA, entre otros, para levantar proyectos que como “Sujo”. Aunque estos se quedan cortos frente al presupuesto, en comparación astronómico, que tuvo la adaptación de la ópera prima del fotógrafo Rodrigo Prieto para “Pedro Páramo”.

Sin demeritar ninguno de los 7 premios Ariel que ganó “Pedro Páramo”, entre ellos el de Mejor Coactuación Masculina para el coahuilense Héctor Kotsifakis, no queremos ser malpensados pero solo esperamos la mayoría de ellos hayan sido votados por los miembros de la Academia por sus méritos artísticos por sobre otras producciones de menor presupuesto pero igual o más dignas, y no por quedar bien con la plataforma de streaming que produjo el filme que hace algunos meses la misma presidenta de México anunció con bombo y platillo en una de sus “mañaneras” que iba a hacer una inversión millonaria en la industria del cine del país.

Comentamos lo anterior porque en la misma ceremonia de premiación, uno de los Arieles de Oro fueron otorgados al Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STIC) por sus más de 80 años de historia, su secretario general Felipe Merino aprovechó el estrado para hacer pública la solicitud de un contrato colectivo de trabajo, luego de años de pedir a Netflix respetar los derechos laborales de artistas y trabajadores, así como denunciar tratos desiguales en sets a los técnicos mexicanos quienes, por necesidad, optan por seguir trabajando antes de parar una producción por las vías legales.

Comentarios a: galindo.alfredo@gmail.com; Threads: Alfredo Galindo; X: @AlfredoGalindo

Related Articles

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here

- Advertisement -spot_img

Ultimas noticias