El convento de las Hermanas de María Stella Matutina celebró su 30 aniversario con la presencia del Obispo de Saltillo, Hilario González García y la Hermana Superiora María Pía. Ambos destacaron la importancia de la comunidad y su papel en la diócesis a través de una vida de oración y discreción.
El obispo resaltó que el convento representa una “presencia discreta, callada, de vida contemplativa que ha sido muy fecunda”. Subrayó la relevancia de alcanzar una meta tan significativa.
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“No tan fácil se cumplen 30 años en un proyecto y aquí, pues estos primeros 30 años”, declaró el obispo. Añadió que la comunidad se reunió para “darle gracias a Dios de este fervor, de este entusiasmo, de esta generosidad” que ha caracterizado al convento.
Por su parte, la Hermana Superiora María Pía explicó que la “vida contemplativa… en la iglesia es una tradición de siglos. Hay muchos órdenes de vida contemplativa, es decir, que no tenemos obras”. Subrayó que la esencia de su orden es “vivir esta vida… escondida, pero de mucha oración, de mucho de cara a cara con Jesús”.
A diferencia de otras congregaciones, en esta orden “no tenemos hospital, no tenemos escuela, no hay actividad afuera”, dijo y detalló que su labor es acoger a quienes buscan un espacio de paz y oración, y a aquellos que desean “hacer retiros en silencio”.
La hermana María Pía también explicó que el nombre “Stella Matutina” significa “estrella de la mañana”, una advocación de la Virgen María. La comunidad busca ser un lugar de paz y oración, invitando a la gente a “buscar refugio, apoyo espiritual, va muy sencillo, de escuchar, de decoración y sobre todo de oración”.
Finalmente, hizo eco de las palabras del Papa, manifestando el deseo de la comunidad de ser “centinelas de misericordia y de paz”. Afirmó que este es el propósito que persiguen “humildemente” dentro de la iglesia, cumpliendo con su vocación de fe y servicio.